Estudio Entre Semana

19 de Noviembre del 2024

HOY 
"Introducción a Josue"
Continuamos con los Libros del Antiguo testamento:

Ya estudiamos:
Genesis 1 al 29 (en Línea)
Genesis 30-50 en persona
Éxodo – en persona
Levítico – lo pasamos
Números – lo pasamos
Deuteronomio – lo pasamos

Génesis: Nos muestra la creación del mundo y de la humanidad, incluyendo las historias de Adán y Eva, Noé y el diluvio, y los patriarcas Abraham, Isaac, Jacob y José. Presenta la relación entre Dios y la humanidad, así como el establecimiento del pueblo de Israel.

Éxodo: Cuenta la historia de la esclavitud de los israelitas en Egipto, su liberación bajo el liderazgo de Moisés, y el recibimiento de los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí. Es un relato de liberación, identidad y la formación de una nación.

Levítico: Se centra en las leyes y rituales que deben seguir los israelitas, incluyendo normas sobre el culto, la pureza ritual, y la moralidad. Destaca la importancia de la santidad y las instrucciones para el sacrificio y la adoración adecuada.

Números: Relata la travesía del pueblo de Israel por el desierto hacia la Tierra Prometida. Incluye censos de la población, las tribus de Israel y diversos incidentes, así como la rebeldía y desobediencia del pueblo frente a Dios.

Deuteronomio: Presenta un discurso de Moisés al pueblo antes de entrar en Canaán. Reitera la ley y las promesas de Dios, enfatizando la importancia de la fidelidad y la obediencia. Concluye con la muerte de Moisés y la designación de Josué como su sucesor.

Estos libros son fundamentales para la entender la historia, la cultura y la religión del pueblo de Israel. Donde todo comenzó, la historia de Dios y el hombre humano.

Hoy 
Comenzamos con el Libro de Josué

Título:
"Introducción a Josué"

Introducción - Este libro narra la conquista de la Tierra Prometida por los israelitas bajo el liderazgo de Josué, quien sucedió a Moisés. Comienza con la preparación del pueblo para cruzar el río Jordán y entrar en Canaán. A medida que avanza la historia, se relatan diversas batallas contra ciudades como Jericó y Hai, donde los israelitas experimentan victorias bajo la guía de Dios, así como desafíos debido a la desobediencia.

El libro también incluye la división de la tierra entre las tribus de Israel y el establecimiento de ciudades refugio para aquellos que necesitaran protección. Finalmente, se recapitulan las enseñanzas de la ley y se exhorta al pueblo a permanecer fiel a Dios. El libro de Josué concluye con un llamado a la fidelidad y la renovación del pacto, enfatizando la importancia de seguir los caminos de Dios en la nueva tierra. Es un relato de conquista, promesa cumplida y la creación de una identidad nacional para Israel.

La Herencia de — Peregrinos — Extranjeros — Israel
Por fin, los israelitas debían cruzar el río Jordán y entrar en la tierra prometida de Dios.

Durante generaciones — desde el nacimiento como pueblo (a través de Abraham)— los israelitas habían sido esclavos o peregrinos vagando por la faz de la tierra.

No tenían un hogar permanente - un lugar al que podían decir que era de ellos. Habían sido esclavos en Egipto durante unos 400 años; pero, aparte de los siglos de esclavitud, habían sido peregrinos, extranjeros, como extranjeros que se movían de un lugar a otro.

Nunca poseyeron tierras en las que pudieran construir viviendas permanentes, establecer familias y negocios asentados, cultivar y realizar comercio, al menos en un lugar permanente.

Nunca conocieron el descanso. Siempre tenían que levantar el campamento, seguir adelante y luego poner/armar el campamento, una y otra vez, una y otra vez. Nunca pudieron establecerse y descansar de ser ambulantes.

Pero a pesar de esto, a pesar de ser peregrinos y extranjeros en la tierra, los israelitas tenían una gran ventaja: la esperanza.

Tenían la esperanza de la tierra prometida. Dios les había prometido darles a “Su querido pueblo” una gran herencia, la herencia de un hogar permanente, la tierra prometida misma.

Y ahora, ese glorioso día de la herencia se acercaba rápidamente. Su gloriosa esperanza estaba a punto de cumplirse. Habían pasado 40 años desde que Moisés los liberó – los libro de la esclavitud egipcia, cuarenta largos y duros años de vagar por el desierto.

Y Moisés acababa de morir.

Deuteronomio 34:1–12 (LBLA)
1 Y subió Moisés desde la llanura de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está frente a Jericó, y el Señor le mostró toda la tierra: Galaad hasta Dan,
2 todo Neftalí, la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar Occidental,
3 el Neguev y la llanura del valle de Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Zoar.
4 Entonces le dijo el Señor: Esta es la tierra que juré dar a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: «Yo la daré a tu descendencia». Te he permitido verla con tus ojos, pero no pasarás a ella.
5 Y allí murió Moisés, siervo del Señor, en la tierra de Moab, conforme a la palabra del Señor.
6 Y Él lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, frente a Bet-peor; pero nadie sabe hasta hoy el lugar de su sepultura.
7 Aunque Moisés tenía ciento veinte años cuando murió, no se habían apagado sus ojos, ni había perdido su vigor.
8 Y los hijos de Israel lloraron a Moisés por treinta días en la llanura de Moab; así se cumplieron los días de llanto y duelo por Moisés.
9 Y Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le escucharon e hicieron tal como el Señor había mandado a Moisés.
10 Desde entonces no ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moisés, a quien el Señor conocía cara a cara,
11 nadie como él por todas las señales y prodigios que el Señor le mandó hacer en la tierra de Egipto, contra Faraón, contra todos sus siervos y contra toda su tierra,
12 y por la mano poderosa y por todos los hechos grandiosos y terribles que Moisés realizó ante los ojos de todo Israel.

Josué, el brillante comandante militar y estratega, debía ahora asumir el liderazgo.

Era él quien conduciría al pueblo de Dios a la tierra prometida, para reclamar su herencia. Todo esto ya había sido predeterminado por Dios y anunciado al pueblo por Moisés.

Josué es “Un gran libro de transición” Este libro es el puente entre el Pentateuco, los primeros cinco libros de la Biblia, y los Libros históricos.

Josué es el puente que cruza el río Jordán, el puente que lleva al pueblo de Dios…

• desde las promesas dadas a Abraham hasta el cumplimiento de las promesas (ver Gén. 12:1–3)

• de las peregrinaciones por el desierto a la herencia de la tierra prometida

• de la vida antigua a la nueva vida

“Deja ir a mi pueblo” había sido el mandato de Dios al Faraón, un mensaje entregado por Moisés. Ahora la orden de Dios estaba dirigida a Josué y a los israelitas.

      “Mi siervo Moisés ha muerto; Levántate, pues, ahora, y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel” (Jos. 1:2).

Recordemos que Moisés había guiado al pueblo de Dios a través del Mar Rojo, liberándolo de una vida de esclavitud. Josué ahora debía guiar al pueblo de Dios a través del río Jordán, dándoles un nuevo comienzo y una nueva vida.

Moisés había guiado al pueblo de Dios a través del desierto, dándoles la gran esperanza de la tierra prometida.

Josué ahora debía guiar al pueblo de Dios a través de la tierra prometida, reclamando su herencia y dándoles la victoria sobre enemigo tras enemigo.

Norman L. Geisler dice esto:

Moisés sacó a Israel de la esclavitud, pero fue Josué quien los bendijo. Moisés los llevó a través del Mar Rojo, pero Josué los llevó al Jordán. Moisés es el símbolo de la liberación y Josué el emblema de la victoria. Una cosa es ser redimido de Egipto (el mundo) y otra muy distinta ser victorioso sobre el mundo. Josué nos enseña la lección de que la fe es “la victoria que vence al mundo” (1 Juan 5:4).

Warren W. Wiersbe escribio esto:

El Libro de Josué es el libro de nuevos comienzos para el pueblo de Dios, y muchos creyentes hoy necesitan un nuevo comienzo. Después de cuarenta años de vagar por el desierto, Israel reclamó su herencia y disfrutó de las bendiciones de la tierra que Dios había preparado para ellos, “como los días del cielo sobre la tierra” (Deuteronomio 11:21).
Ese es el tipo de vida que Dios quiere que experimentemos hoy. Jesucristo, nuestro Josué, quiere guiarnos en la conquista ahora y compartir con nosotros todos los tesoros de su maravillosa herencia. Él “nos ha bendecido con toda bendición espiritual” (Efesios 1:3), pero con muchas veces vivimos como pobres y derrotados.

Josué 1:1–2 (RVR60) - 1 Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo:
2 Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.


Josué, el ayudante de Moisés - Josué 1:1

Josué como persona ejemplifica ciertas características que los dirigentes del pueblo del Señor el día de hoy harían bien en tratar de imitar. Su nombre, su carrera y su carácter se conjugan para servir como modelo para un líder contemporáneo.

  I. Josué, cuyo nombre literalmente significa “Jehovah es salvación”.

    1. Josué, hijo de Nun, de la tribu de Efraín, según Números 13:8 originalmente se llamaba Oseas, que significa “salvación”.
    2. Moisés le cambió el nombre por el de Jehoshua cuya forma contracta aparece en nuestra Biblia como Josué y literalmente significa “Jehovah es salvación”.

    3. Al pronunciar “Josué” se recuerdan otros nombres similares en el AT. Por ejemplo:
      (1)  Joaquín, “Jehovah es exaltado”.
      (2)  Johanán, “Jehovah es lleno de gracia”.
      (3)  Eliseo, “Jehovah es liberación”.

    4. El desafío es que nuestro nombre tenga significado para la vida de algunas personas, que seamos recordados como alguien que hizo una contribución a su vida.

  II. Josué, formado en una carrera de servicio como “ayudante de Moisés”.

    1. Como nieto de Elisama, capitán de la tribu de Efraín, había aprendido a obedecer y cumplir órdenes (Núm. 1:10; 2:18).

    2. En Éxodo 17:8–16, Josué cumple su tarea en un solo día.

    3. En Éxodo 24:12, 13, Josué acompaña a Moisés para recibir la ley, los mandamientos.

    4. En Números 13:1–16, Josué es uno de los espías que fueron a reconocer la tierra. No hay que olvidar que su informe a la nación era la expresión de su fe y confianza en Dios.

    5. El desafío es tener una actitud de servicio que facilite el trabajo de otros.

  III. Josué, cuyo carácter es descrito como un “hombre en el cual hay espíritu”.

    1. Dios indicó por qué escogió a Josué para ser el sucesor de Moisés (Núm. 27:18).

    2. Esta descripción significa que fue un hombre “lleno del espíritu de sabiduría” (Núm. 27:18), una alusión al Espíritu Santo.

    3. El pueblo reconoció las cualidades humanas y espirituales de Josué de tal manera que estuvieron dispuestos a obedecerlo sin reservas (Deut. 34:9).

    4. El desafío es mantenernos cada día en relación con el Señor por medio de su Palabra y la oración a fin de que podamos seguir las instrucciones de su Santo Espíritu.

Conclusión, aplicación e invitación:

  1. Josué por su nombre, su carrera y su carácter nos ilustra a la clase de dirigentes que Dios utiliza para guiar a su pueblo.

  2. Dirigentes o no cada persona tiene que pelear sus propias batallas en la vida diaria; la única manera de alcanzar la victoria es por medio de una continua obediencia y confianza en el Señor.

  3. Usemos el carácter de Josué como un modelo para formar y desarrollar nuestro propio estilo de conducta.

Dios ha prometido la herencia más maravillosa al creyente, una herencia que está más allá de la imaginación humana. Pero antes de poder recibir una herencia, se deben hacer ciertos preparativos para poder recibir la herencia. Esto fue cierto con los israelitas y también lo es con nosotros. Este es el tema importante de la primera división de Josué.

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