4 de Marzo del 2025
HOY
JOSUÉ 14
Título:
“La Tierra del Oeste Dividida”
Introducción: Este capítulo se centra específicamente en la asignación de la herencia a Caleb, destacado por su fidelidad a Dios. Se destaca la importancia de la fidelidad a Dios, y como Caleb fue recompensado. Comienza, de forma formal, a la repartición de la tierra prometida a las tribus de Israel. Se recalca que la repartición de las tierras se hace bajo la dirección del sacerdote Eleazar, y de Josué.
A. Preparación para la división de la tierra.
1. La distribución de la tierra al Oeste del rio Jordán v. 1-2
1 pues, es lo que los hijos de Israel tomaron por heredad en la tierra de Canaán, lo cual les repartieron el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun, y los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel.
2 Por suerte se les dio su heredad, como Jehová había mandado a Moisés que se diera a las nueve tribus y a la media tribu.
a. Lo cual les repartieron el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun, y los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel: En este proceso, Josué, Eleazar y los cabezas de cada tribu se juntaron para supervisar la repartición de las tierras, que fue dirigida por el Señor.
2. Una explicación de las nueve tribus y media que recibieron su herencia al oeste del Jordán v.3-5
3 Porque a las dos tribus y a la media tribu les había dado Moisés heredad al otro lado del Jordán; más a los levitas no les dio heredad entre ellos.
4 Porque los hijos de José fueron dos tribus, Manasés y Efraín; y no dieron parte a los levitas en la tierra sino ciudades en que morasen, con los ejidos de ellas para sus ganados y rebaños.
5 De la manera que Jehová lo había mandado a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel en el repartimiento de la tierra.
a. Porque los hijos de José fueron dos tribus: Comúnmente pensamos y hablamos de las “doce tribus de Israel” pero en realidad eran trece, por que aunque eran doce hijos de Jacob (Israel), los descendientes de uno de sus hijos, José, se dividieron en dos tribus (Manasés y Efraín).
b. Esto explica porque se puede tener 2 tribus y media en el Este del rio Jordán, nueve tribus y media en el oeste del rio Jordán, y una tribu sin provincia como su herencia.
B. La herencia de Caleb
1. Caleb recuerda la promesa de Moisés v6-9
6 Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: “Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti.
7 Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón.
8 Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios.
9 Entonces Moisés juró diciendo: ‘Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua, por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios.’“
a. Caleb, hijo de Jefone: Caleb, de la tribu de Judá, era uno de los doce espías que exploraron la tierra de Canaán unos cuarenta años antes cuando Israel estaba por primera vez en la entrada de la tierra prometida (Números 13:1-25).
Números 13:1–25 (DHH-LA) — 1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: 2 “Envía unos hombres a que exploren la tierra de Canaán, que yo voy a dar a los israelitas. Envía de cada tribu a uno que sea hombre de autoridad.” 3 Tal como el Señor se lo ordenó, Moisés los envió desde el desierto de Parán. Todos eran hombres de autoridad entre los israelitas,4 y eran los siguientes: Samúa, hijo de Zacur, de la tribu de Rubén;5 Safat, hijo de Horí, de la tribu de Simeón;6 Caleb, hijo de Jefuné, de la tribu de Judá;7 Igal, hijo de José, de la tribu de Isacar;8 Oseas, hijo de Nun, de la tribu de Efraín;9 Paltí, hijo de Rafú, de la tribu de Benjamín;10 Gadiel, hijo de Sodí, de la tribu de Zabulón;11 Gadí, hijo de Susí, de la tribu de José (es decir, la tribu de Manasés);12 Amiel, hijo de Guemalí, de la tribu de Dan;13 Setur, hijo de Micael, de la tribu de Aser;14 Nahbí, hijo de Vapsí, de la tribu de Neftalí;15 Gueuel, hijo de Maquí, de la tribu de Gad. 16 Estos son los nombres de los hombres que Moisés envió a explorar el país. A Oseas, hijo de Nun, le cambió el nombre y le puso Josué. 17 Moisés, pues, los envió a explorar la tierra de Canaán, y les dijo: —Vayan por el Négueb y suban a la región montañosa.18 Fíjense en cómo es el país, y en si la gente que vive en él es fuerte o débil, y en si son pocos o muchos.19 Vean si sus ciudades están hechas de tiendas de campaña o si son fortificadas, y si la tierra en que viven es buena o mala,20 fértil o estéril, y si tiene árboles o no. No tengan miedo; traigan algunos frutos de la región. Esto sucedió en la época en que se recogen las primeras uvas.21 Los hombres fueron y exploraron el país desde el desierto de Sin, en el sur, hasta Rehob, en el norte, junto a la entrada de Hamat.22 Entraron por el Négueb y llegaron hasta Hebrón. Allí vivían Ahimán, Sesai y Talmai, descendientes de Anac. Hebrón fue construida siete años antes que Soan en Egipto.23 Llegaron hasta el arroyo de Escol, cortaron allí una rama que tenía un racimo de uvas, y entre dos se lo llevaron colgado de un palo. También recogieron granadas e higos.24 A ese arroyo le pusieron por nombre Escol, por el racimo que cortaron allí los israelitas. 25 Después de explorar la tierra durante cuarenta días, regresaron
b. Pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios: Caleb fue uno de los dos espías que regresó con un buen reporte, un reporte de fe, creyendo que Dios le había dado a Israel la tierra y los haría capaces de conquistarla (Números 13:26-14:9).
Números 13:26–14:9 (DHH-LA) — 26 a Cadés, en el desierto de Parán. Allí estaban Moisés, Aarón y todos los israelitas. Y les contaron lo que habían averiguado y les mostraron los frutos del país.27 Le dijeron a Moisés: —Fuimos a la tierra a la que nos enviaste. Realmente es una tierra donde la leche y la miel corren como el agua, y estos son los frutos que produce.28 Pero la gente que vive allí es fuerte, y las ciudades son muy grandes y fortificadas. Además de eso, vimos allá descendientes del gigante Anac.29 En la región del Négueb viven los amalecitas, en la región montañosa viven los hititas, los jebuseos y los amorreos, y por el lado del mar y junto al río Jordán viven los cananeos. 30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo que estaba ante Moisés, y dijo: —¡Pues vamos a conquistar esa tierra! ¡Nosotros podemos conquistarla! 31 Pero los que habían ido con él respondieron: —¡No, no podemos atacar a esa gente! Ellos son más fuertes que nosotros. 32 Y se pusieron a decir a los israelitas que el país que habían ido a explorar era muy malo. Decían: —La tierra que fuimos a explorar mata a la gente que vive en ella, y todos los hombres que vimos allá eran enormes.33 Vimos también a los gigantes, a los descendientes de Anac. Al lado de ellos nos sentíamos como langostas, y así nos miraban ellos también.
Números 14:1-9 Entonces los israelitas comenzaron a gritar, y aquella noche se la pasaron llorando.2 Todos ellos se pusieron a hablar mal de Moisés y de Aarón. Decían: “¡Ojalá hubiéramos muerto en Egipto, o aquí en el desierto!3 ¿Para qué nos trajo el Señor a este país? ¿Para morir en la guerra, y que nuestras mujeres y nuestros hijos caigan en poder del enemigo? ¡Más nos valdría regresar a Egipto!”4 Y empezaron a decirse unos a otros: “¡Pongamos a uno de jefe y volvamos a Egipto!” 5 Moisés y Aarón se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente delante de todo el pueblo,6 y Josué y Caleb, que habían estado explorando el país, se rasgaron la ropa en señal de dolor7 y dijeron a todos los israelitas: —¡La tierra que fuimos a explorar es excelente!8 Si el Señor nos favorece, nos ayudará a entrar a esa tierra y nos la dará. Es un país donde la leche y la miel corren como el agua.9 Pero no se rebelen contra el Señor, ni le tengan miedo a la gente de ese país, porque ellos van a ser pan comido para nosotros; a ellos no hay quien los proteja, mientras que nosotros tenemos de nuestra parte al Señor. ¡No tengan miedo!
Los otros diez espías creyeron que Israel sería destruido en el intento de tomar Canaán, e Israel creyó a los diez espías que dudaron.
i. El otro espía fiel no era otro sino Josué. Los diez espías sin fe midieron a los gigantes contra su propia fuerza, pero Josué y Caleb midieron a los espías contra la fuerza de Dios.
c. Esta fue la causa de su peregrinar por el desierto por cuarenta años; Dios no le permitiría a esa generación de incrédulos entrar, así que esperó que murieran en el desierto (Números 14:26-38).
Números 14:26–38 (DHH-LA) — 26 El Señor se dirigió a Moisés y Aarón, y les dijo: 27 —¿Hasta cuándo voy a tener que soportar las habladurías de estos malvados israelitas? Ya les he oído hablar mal de mí.28 Pues ve a decirles de mi parte: ‘Yo, el Señor, juro por mi vida que voy a hacer que les suceda a ustedes lo mismo que les he oído decir.29 Todos los mayores de veinte años que fueron registrados en el censo y que han hablado mal de mí, morirán, y sus cadáveres quedarán tirados en este desierto.30 Con la excepción de Caleb y de Josué, ninguno de ustedes entrará en la tierra donde solemnemente les prometí que los iba a establecer.31 En cambio, a sus hijos, de quienes ustedes decían que iban a caer en poder de sus enemigos, los llevaré al país que ustedes han despreciado, para que ellos lo disfruten.32 Los cadáveres de ustedes quedarán tirados en este desierto,33 en el que sus hijos vivirán como pastores durante cuarenta años. De este modo ellos pagarán por la infidelidad de ustedes, hasta que todos ustedes mueran aquí en el desierto.34 Ustedes estuvieron cuarenta días explorando el país; pues también estarán cuarenta años pagando su castigo: un año por cada día. Así sabrán lo que es ponerse en contra de mí.’35 Yo, el Señor, lo afirmo: Así voy a tratar a este pueblo perverso que se ha unido contra mí. En este desierto encontrarán su fin; aquí morirán. 36 En cuanto a los hombres que Moisés había enviado a explorar el país y que al volver dieron tan malos informes, haciendo que la gente murmurara, el Señor los hizo caer muertos.38 De todos ellos, solo Josué y Caleb quedaron con vida.
Los únicos de edad en ese tiempo de rechazo que en realidad entraron a la tierra prometida fueron Josué y Caleb, los dos espías fieles.
d. Por lo tanto, así como es apropiado que Judá es la primera tribu en recibir su tierra el Oeste del Jordán, lo es también que Caleb sea el primero entre el pueblo de Judá en recibir su herencia.
e. Entonces Moisés juró diciendo: ‘Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua: Caleb le recuerda a Josué la promesa que Moisés hizo en Deuteronomio 1:35-36.
Deuteronomio 1:35–36 (DHH-LA) — 35 ‘Ni una sola persona de esta mala generación verá la buena tierra que prometí dar a sus antepasados.36 Haré una excepción con Caleb, hijo de Jefuné; él sí la verá, y a él y a sus descendientes les daré la tierra donde pongan el pie, por haber seguido con toda fidelidad al Señor.’
Cuando Caleb dice yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios, él no está siendo orgulloso – él solo está citando lo que Moisés había dicho acerca de él.
i. Nosotros deberíamos imitar la valentía de Caleb al pedirle a Dios lo que le prometió. Podemos hallarlo difícil de creer, pero Dios aprecia este tipo de valentía.
f. Por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios: Porque Caleb repite esta frase dos veces, podemos asumir que tuvo una impresión significativa en él – y también apropiada, porque es algo grande e importante cumplir siguiendo al Señor.
i. Reconocemos que la gente más exitosa es aquella que se ha entregado completamente a algo. ¿Nos entregaremos completamente a seguir al Señor?
2. Caleb se apropia de la promesa de Dios v10-15
10 “Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años.
11 Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar.
12 Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho.”
13 Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad.
14 Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.
15 Mas el nombre de Hebrón fue antes Quiriat-arba; porque Arba fue un hombre grande entre los anaceos. Y la tierra descansó de la guerra.
a. Y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió: A pesar de que esta avanzado en años, su fuerza no se disminuye. A la edad de ochenta y cinco él estaba liderando la batalla, y no era contra cualquier enemigo, sino contra los Anaceos.
i. Así es como Dios quiere que seamos en nuestra vida spiritual mientras avanzamos en años: envejecer, pero nunca debilitarnos en Jesús.
b. Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí: En efecto, Calebquiere la pelea. Él podría haber pedido un lugar fácil, pero él sabe que esos enemigos deben ser enfrentados y piensa que él debe ser quien lo haga. Él no deja el trabajo a alguien más, aunque él pudo haberlo hecho, especialmente a su edad.
c. Por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.: ¿Qué pasaría si todos en Israel hubieran tenido el corazón de Caleb?
¿Y si nadie hubiera tenido el corazón de Caleb? De nuevo, el secreto de Caleb es claro: había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.
Había un compromiso total en la vida de Caleb.
Conclusión: Los puntos claves de este capítulo:
La Fidelidad de Caleb: Caleb recuerda a Josué la promesa que Moisés le hizo de darle la tierra que había explorado, debido a su fe y valentía.
La Petición de Caleb: Caleb pide la región montañosa de Hebrón, a pesar de los desafíos que implica, demostrando su confianza en la promesa de Dios.
Inicio de la Distribución: Este capítulo marca el comienzo formal de la distribución de la tierra, un proceso que se detalla en los capítulos siguientes.
Josué 14 es un capítulo que resalta la recompensa de la fidelidad y establece el inicio de la distribución de la herencia en la Tierra Prometida.
ORACION
JOSUÉ 14
Título:
“La Tierra del Oeste Dividida”
Introducción: Este capítulo se centra específicamente en la asignación de la herencia a Caleb, destacado por su fidelidad a Dios. Se destaca la importancia de la fidelidad a Dios, y como Caleb fue recompensado. Comienza, de forma formal, a la repartición de la tierra prometida a las tribus de Israel. Se recalca que la repartición de las tierras se hace bajo la dirección del sacerdote Eleazar, y de Josué.
A. Preparación para la división de la tierra.
1. La distribución de la tierra al Oeste del rio Jordán v. 1-2
1 pues, es lo que los hijos de Israel tomaron por heredad en la tierra de Canaán, lo cual les repartieron el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun, y los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel.
2 Por suerte se les dio su heredad, como Jehová había mandado a Moisés que se diera a las nueve tribus y a la media tribu.
a. Lo cual les repartieron el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun, y los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel: En este proceso, Josué, Eleazar y los cabezas de cada tribu se juntaron para supervisar la repartición de las tierras, que fue dirigida por el Señor.
2. Una explicación de las nueve tribus y media que recibieron su herencia al oeste del Jordán v.3-5
3 Porque a las dos tribus y a la media tribu les había dado Moisés heredad al otro lado del Jordán; más a los levitas no les dio heredad entre ellos.
4 Porque los hijos de José fueron dos tribus, Manasés y Efraín; y no dieron parte a los levitas en la tierra sino ciudades en que morasen, con los ejidos de ellas para sus ganados y rebaños.
5 De la manera que Jehová lo había mandado a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel en el repartimiento de la tierra.
a. Porque los hijos de José fueron dos tribus: Comúnmente pensamos y hablamos de las “doce tribus de Israel” pero en realidad eran trece, por que aunque eran doce hijos de Jacob (Israel), los descendientes de uno de sus hijos, José, se dividieron en dos tribus (Manasés y Efraín).
b. Esto explica porque se puede tener 2 tribus y media en el Este del rio Jordán, nueve tribus y media en el oeste del rio Jordán, y una tribu sin provincia como su herencia.
B. La herencia de Caleb
1. Caleb recuerda la promesa de Moisés v6-9
6 Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: “Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti.
7 Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón.
8 Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios.
9 Entonces Moisés juró diciendo: ‘Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua, por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios.’“
a. Caleb, hijo de Jefone: Caleb, de la tribu de Judá, era uno de los doce espías que exploraron la tierra de Canaán unos cuarenta años antes cuando Israel estaba por primera vez en la entrada de la tierra prometida (Números 13:1-25).
Números 13:1–25 (DHH-LA) — 1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: 2 “Envía unos hombres a que exploren la tierra de Canaán, que yo voy a dar a los israelitas. Envía de cada tribu a uno que sea hombre de autoridad.” 3 Tal como el Señor se lo ordenó, Moisés los envió desde el desierto de Parán. Todos eran hombres de autoridad entre los israelitas,4 y eran los siguientes: Samúa, hijo de Zacur, de la tribu de Rubén;5 Safat, hijo de Horí, de la tribu de Simeón;6 Caleb, hijo de Jefuné, de la tribu de Judá;7 Igal, hijo de José, de la tribu de Isacar;8 Oseas, hijo de Nun, de la tribu de Efraín;9 Paltí, hijo de Rafú, de la tribu de Benjamín;10 Gadiel, hijo de Sodí, de la tribu de Zabulón;11 Gadí, hijo de Susí, de la tribu de José (es decir, la tribu de Manasés);12 Amiel, hijo de Guemalí, de la tribu de Dan;13 Setur, hijo de Micael, de la tribu de Aser;14 Nahbí, hijo de Vapsí, de la tribu de Neftalí;15 Gueuel, hijo de Maquí, de la tribu de Gad. 16 Estos son los nombres de los hombres que Moisés envió a explorar el país. A Oseas, hijo de Nun, le cambió el nombre y le puso Josué. 17 Moisés, pues, los envió a explorar la tierra de Canaán, y les dijo: —Vayan por el Négueb y suban a la región montañosa.18 Fíjense en cómo es el país, y en si la gente que vive en él es fuerte o débil, y en si son pocos o muchos.19 Vean si sus ciudades están hechas de tiendas de campaña o si son fortificadas, y si la tierra en que viven es buena o mala,20 fértil o estéril, y si tiene árboles o no. No tengan miedo; traigan algunos frutos de la región. Esto sucedió en la época en que se recogen las primeras uvas.21 Los hombres fueron y exploraron el país desde el desierto de Sin, en el sur, hasta Rehob, en el norte, junto a la entrada de Hamat.22 Entraron por el Négueb y llegaron hasta Hebrón. Allí vivían Ahimán, Sesai y Talmai, descendientes de Anac. Hebrón fue construida siete años antes que Soan en Egipto.23 Llegaron hasta el arroyo de Escol, cortaron allí una rama que tenía un racimo de uvas, y entre dos se lo llevaron colgado de un palo. También recogieron granadas e higos.24 A ese arroyo le pusieron por nombre Escol, por el racimo que cortaron allí los israelitas. 25 Después de explorar la tierra durante cuarenta días, regresaron
b. Pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios: Caleb fue uno de los dos espías que regresó con un buen reporte, un reporte de fe, creyendo que Dios le había dado a Israel la tierra y los haría capaces de conquistarla (Números 13:26-14:9).
Números 13:26–14:9 (DHH-LA) — 26 a Cadés, en el desierto de Parán. Allí estaban Moisés, Aarón y todos los israelitas. Y les contaron lo que habían averiguado y les mostraron los frutos del país.27 Le dijeron a Moisés: —Fuimos a la tierra a la que nos enviaste. Realmente es una tierra donde la leche y la miel corren como el agua, y estos son los frutos que produce.28 Pero la gente que vive allí es fuerte, y las ciudades son muy grandes y fortificadas. Además de eso, vimos allá descendientes del gigante Anac.29 En la región del Négueb viven los amalecitas, en la región montañosa viven los hititas, los jebuseos y los amorreos, y por el lado del mar y junto al río Jordán viven los cananeos. 30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo que estaba ante Moisés, y dijo: —¡Pues vamos a conquistar esa tierra! ¡Nosotros podemos conquistarla! 31 Pero los que habían ido con él respondieron: —¡No, no podemos atacar a esa gente! Ellos son más fuertes que nosotros. 32 Y se pusieron a decir a los israelitas que el país que habían ido a explorar era muy malo. Decían: —La tierra que fuimos a explorar mata a la gente que vive en ella, y todos los hombres que vimos allá eran enormes.33 Vimos también a los gigantes, a los descendientes de Anac. Al lado de ellos nos sentíamos como langostas, y así nos miraban ellos también.
Números 14:1-9 Entonces los israelitas comenzaron a gritar, y aquella noche se la pasaron llorando.2 Todos ellos se pusieron a hablar mal de Moisés y de Aarón. Decían: “¡Ojalá hubiéramos muerto en Egipto, o aquí en el desierto!3 ¿Para qué nos trajo el Señor a este país? ¿Para morir en la guerra, y que nuestras mujeres y nuestros hijos caigan en poder del enemigo? ¡Más nos valdría regresar a Egipto!”4 Y empezaron a decirse unos a otros: “¡Pongamos a uno de jefe y volvamos a Egipto!” 5 Moisés y Aarón se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente delante de todo el pueblo,6 y Josué y Caleb, que habían estado explorando el país, se rasgaron la ropa en señal de dolor7 y dijeron a todos los israelitas: —¡La tierra que fuimos a explorar es excelente!8 Si el Señor nos favorece, nos ayudará a entrar a esa tierra y nos la dará. Es un país donde la leche y la miel corren como el agua.9 Pero no se rebelen contra el Señor, ni le tengan miedo a la gente de ese país, porque ellos van a ser pan comido para nosotros; a ellos no hay quien los proteja, mientras que nosotros tenemos de nuestra parte al Señor. ¡No tengan miedo!
Los otros diez espías creyeron que Israel sería destruido en el intento de tomar Canaán, e Israel creyó a los diez espías que dudaron.
i. El otro espía fiel no era otro sino Josué. Los diez espías sin fe midieron a los gigantes contra su propia fuerza, pero Josué y Caleb midieron a los espías contra la fuerza de Dios.
c. Esta fue la causa de su peregrinar por el desierto por cuarenta años; Dios no le permitiría a esa generación de incrédulos entrar, así que esperó que murieran en el desierto (Números 14:26-38).
Números 14:26–38 (DHH-LA) — 26 El Señor se dirigió a Moisés y Aarón, y les dijo: 27 —¿Hasta cuándo voy a tener que soportar las habladurías de estos malvados israelitas? Ya les he oído hablar mal de mí.28 Pues ve a decirles de mi parte: ‘Yo, el Señor, juro por mi vida que voy a hacer que les suceda a ustedes lo mismo que les he oído decir.29 Todos los mayores de veinte años que fueron registrados en el censo y que han hablado mal de mí, morirán, y sus cadáveres quedarán tirados en este desierto.30 Con la excepción de Caleb y de Josué, ninguno de ustedes entrará en la tierra donde solemnemente les prometí que los iba a establecer.31 En cambio, a sus hijos, de quienes ustedes decían que iban a caer en poder de sus enemigos, los llevaré al país que ustedes han despreciado, para que ellos lo disfruten.32 Los cadáveres de ustedes quedarán tirados en este desierto,33 en el que sus hijos vivirán como pastores durante cuarenta años. De este modo ellos pagarán por la infidelidad de ustedes, hasta que todos ustedes mueran aquí en el desierto.34 Ustedes estuvieron cuarenta días explorando el país; pues también estarán cuarenta años pagando su castigo: un año por cada día. Así sabrán lo que es ponerse en contra de mí.’35 Yo, el Señor, lo afirmo: Así voy a tratar a este pueblo perverso que se ha unido contra mí. En este desierto encontrarán su fin; aquí morirán. 36 En cuanto a los hombres que Moisés había enviado a explorar el país y que al volver dieron tan malos informes, haciendo que la gente murmurara, el Señor los hizo caer muertos.38 De todos ellos, solo Josué y Caleb quedaron con vida.
Los únicos de edad en ese tiempo de rechazo que en realidad entraron a la tierra prometida fueron Josué y Caleb, los dos espías fieles.
d. Por lo tanto, así como es apropiado que Judá es la primera tribu en recibir su tierra el Oeste del Jordán, lo es también que Caleb sea el primero entre el pueblo de Judá en recibir su herencia.
e. Entonces Moisés juró diciendo: ‘Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua: Caleb le recuerda a Josué la promesa que Moisés hizo en Deuteronomio 1:35-36.
Deuteronomio 1:35–36 (DHH-LA) — 35 ‘Ni una sola persona de esta mala generación verá la buena tierra que prometí dar a sus antepasados.36 Haré una excepción con Caleb, hijo de Jefuné; él sí la verá, y a él y a sus descendientes les daré la tierra donde pongan el pie, por haber seguido con toda fidelidad al Señor.’
Cuando Caleb dice yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios, él no está siendo orgulloso – él solo está citando lo que Moisés había dicho acerca de él.
i. Nosotros deberíamos imitar la valentía de Caleb al pedirle a Dios lo que le prometió. Podemos hallarlo difícil de creer, pero Dios aprecia este tipo de valentía.
f. Por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios: Porque Caleb repite esta frase dos veces, podemos asumir que tuvo una impresión significativa en él – y también apropiada, porque es algo grande e importante cumplir siguiendo al Señor.
i. Reconocemos que la gente más exitosa es aquella que se ha entregado completamente a algo. ¿Nos entregaremos completamente a seguir al Señor?
2. Caleb se apropia de la promesa de Dios v10-15
10 “Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años.
11 Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar.
12 Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho.”
13 Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad.
14 Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.
15 Mas el nombre de Hebrón fue antes Quiriat-arba; porque Arba fue un hombre grande entre los anaceos. Y la tierra descansó de la guerra.
a. Y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió: A pesar de que esta avanzado en años, su fuerza no se disminuye. A la edad de ochenta y cinco él estaba liderando la batalla, y no era contra cualquier enemigo, sino contra los Anaceos.
i. Así es como Dios quiere que seamos en nuestra vida spiritual mientras avanzamos en años: envejecer, pero nunca debilitarnos en Jesús.
b. Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí: En efecto, Calebquiere la pelea. Él podría haber pedido un lugar fácil, pero él sabe que esos enemigos deben ser enfrentados y piensa que él debe ser quien lo haga. Él no deja el trabajo a alguien más, aunque él pudo haberlo hecho, especialmente a su edad.
c. Por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.: ¿Qué pasaría si todos en Israel hubieran tenido el corazón de Caleb?
¿Y si nadie hubiera tenido el corazón de Caleb? De nuevo, el secreto de Caleb es claro: había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.
Había un compromiso total en la vida de Caleb.
Conclusión: Los puntos claves de este capítulo:
La Fidelidad de Caleb: Caleb recuerda a Josué la promesa que Moisés le hizo de darle la tierra que había explorado, debido a su fe y valentía.
La Petición de Caleb: Caleb pide la región montañosa de Hebrón, a pesar de los desafíos que implica, demostrando su confianza en la promesa de Dios.
Inicio de la Distribución: Este capítulo marca el comienzo formal de la distribución de la tierra, un proceso que se detalla en los capítulos siguientes.
Josué 14 es un capítulo que resalta la recompensa de la fidelidad y establece el inicio de la distribución de la herencia en la Tierra Prometida.
ORACION